1 de Aciman. ¿ Es posible un Clara sin más?

Este post lo va a llenar André Aciman, me apetece compartir un click de las estupendas fotos mentales que voy sacando a su novela “Ocho noches blancas”, mientras lo leo. Ni siquiera vamos a ir a medias, él con sus párrafos tan inteligentes, tan brillantes y yo con mis palabras acerca de ellos. No es que no las quiera, adoro a las palabras, pero voy a arrellenarme (¡!) en el silencio, soy incapaz de pronunciar una más, aunque las invente. Al menos por ahora.

Manos y mariposas — Foto de Stock

“ Quizá Clara fuera tal como se mostraba: una mujer jovial y rápida, atenta, cáustica y peligrosa. Clara sin más, sin personajes, sin alcánzame si puedes, sin aproximaciones sigilosas a desconocidos ni deseos de buscar subrepticiamente amistad y conversación. Uno de los inconvenientes de ser tan solo quien era y decir lo que pensaba era que las personas poco acostumbradas a tanta sinceridad pensarían que se trataba de una pose, que había aprendido a disimular su timidez mejor que la mayoría, pero que tras aquella fachada era tan vacilante o apocada como el que más, y que todo aquel comportamiento nervioso, desde el modo en que apoyó el codo en mi hombro para indicarme que dejara de discutir por el tema del ponche hasta la mano que surgió de la nada, no era más que una impostura, el modo en que algunos diamantes relucen por un instante y de inmediato se juzgan como falsificaciones de vidrio, hasta que los examinamos con mayor detenimiento y nos preguntamos con exasperación cómo es posible que hayamos creído ni por un segundo que no eran auténticos. La impostura estaba en nosotros, no en ellos.”

Autor: Angèline

"Colocamos una palabra allí donde comienza nuestra ignorancia, donde ya no vemos más allá; por ejemplo, la palabra "yo", la palabra "hacer", la palabra "sufrir": son quizás el horizonte de nuestro conocimiento, pero no "verdades" (John Banville "Imposturas")

2 opiniones en “1 de Aciman. ¿ Es posible un Clara sin más?”

  1. Señora Dama, no sé si me lo pone a huevo o lo hace por mero disfrute por lo que provoque el desliz o, simplemente se desliza din darse cuenta. Pero el desliz es bello y provoca siempre.

    Si se quiere enclaustrar en el silencio, hágalo, pero no se lo recomiendo. Ahora, rellenarse en el silencio ya percibo más complicado. El silencio no admite rellenos, es tal y, como tal, una pequeña variación ya lo haría ruido. Que usted se rellene de silencio ya es otro cantar, cantar silencioso, por supuesto.
    Siempre gocé de ese lugar privilegiado que era (y en algunos casos lo sigue siendo)el rellano e una casa, sobre todo si era para besar a alguna chica.

    Ahora, lo que creo que usted ha hecho es arrellAnarse en el silencio, que eso ya sí es quedarse prendida y calladita ante Clara.
    ¡Quien fuera clara!

    Permítame que invierta el final del texto porque, muchas veces, así lo siento:

    La impostura estaba en ellos, no en nosotros.

    Sam.

  2. Horacio, explicarle por qué me arrellEno y no me arrellAno sería demasiado largo en este momento enmudecido. Pero no es un desliz, aunque podría serlo perfectamente y yo agradecería la corrección. Ya sé que no existe la palabra pero a veces eso no importa. La he cambiado a cursiva, para que tenga ese tratamiento de experimento o palabra con bolsillos y notas dentro. Y sí, Clara me dejó prendada, también el narrador y el diálogo a veces absurdo pero en general ingenioso que se traen. ¿Besos en el rellano? Al final esa pose de estirado va a ser un farol. A mí me gustaban más en la época del coche. Qué difícil era despegarme de aquella boca y marcharme.

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